Era el dorado, lo que debia esconder.
A ella no le gustaba la luz..
La oscuridad siempre había sido una buena compañia para ella.
El sin pensarlo una y otra vez se le acercó, pero era tonto para pensar que su brillo, no le gustaba.
El pensó si supiera que yo algun día tambien estuve en las profundidades...
y el tiempo le trajo su oscuridad.
Era su tierra la que se desangraba y caía.
Pero se recobró y le dijo:
Ahora me puedes tocar, ahora soy ese que te vé.
Y se rió de su estado.
El no podía dejar de brillar y ella no podía abrazarlo.
Era como el amor del agua al aire.
Que por estar tan cerca se aman, pero pertencen a otro estado.
Quizas los bordes generan estas cosas increibles.
Sintió la furia convertida en el Huracan mas fuerte y pudo atravesar esa diferencia.
Ahora él era otra cosa y ella podía haber elegido su camino.
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