lunes, 31 de octubre de 2011

Latinoamérica

Y fué cuando se dió cuenta que existian respuestas para todo aquello que todavía no había pensado.
Rumiando entendió el objetivo del hombre por estos lados.
Dejó que la sangre corriera por sus venas.
Encontró en el pasao el error de su camino y lo corrigió.
Fué a España por esas cosas del pasado
y de los errores.

Se sonrió porque el dentista lo había permitido y junto a el
miles de células que aún viajaban en él.

Dimensiones que se tocan pensó.
Esos sentidos que no escuchamos y sentimos
Fue como entender la realidad en olores, esas pequeñas partículas
que permiten en otro tiempo, descubrir una pista, de una realidad en olores.

Cómo podía haber sido tan tonto de no entenderlo todo como una sumatoria de dimensiones y no una posición en la línea, que marque los dos lados.
Volvió a oler y así defendió su dimensión.

Entendió así que el Universo también puede tener límites, pero son sus conexiones las que juegan en nosotros.

Es como concentrarse en el final sin poder ver el comienzo, es solo la puerta de entrada...

Tus cactus.
Miraron de frente.
sintieron el estruendo en tu interior, tu fuerza, tu pasión interminable en ese fluir.

El velo que se corrió, mostró, que a veces al camino hay que atravesarlo.

Muchos minutos, segundo, hasta días sin importar el orden.
Volvió a mirar el valle y se detuvo instantes, momentos, emociones
y descubrió su pasado, cómo si el hubiera viajado por mucho tiempo.

Como todo, entendió que el futuro es creado, por cada segundo pasado.

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