Llegó a ese momento, donde todo se siente en un trono de terciopelo.
Iluminado por una tenue luz de velador, donde la vista pierde su detalle.
Entendió y escucho, la realidad uno no sabe cuando la empieza a volver tal.
Si uniéramos todas las piezas de nuestro pensamiento, entendríamos la realidad en la que vivimos.
Piezas que en su conjunto funcionan correctamente.
Iluminados por el Universo en nuestro interior.
Podemos dar una vuelta de página.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario