jueves, 28 de junio de 2012

Jinko.

Ese árbol que en otoño pierde todas sus hojas,
ese amarillo en la noche más profunda.
Pensamientos en miradas
tiempo que desdobla la realidad.
Pasión sin sentido que en mis ojos asomas.
Sacarte sería llevarte fuera de mí y eso sería
extraño.
Habiendo partido hace años,
cómo es que no lo recuerdas.
Tu mirada todavía me habla del tiempo,
ese tiempo que en el apuro de escapar al presente
se ilumina en el pasado.
Gracioso es verlo de lejos,
pero todavía recuerdo cuando eso era parte de mi vida.
Y otra vez...
y otra vez...
Hasta que te canses,
cantaba el coro.
Era justo con el coro cuando se daba cuenta de su imperfección.
La novela había comenzando a las piñas con la poesía, el verso y vaya a saber cuantas reglas más. Ese coro,   ese coro..La cancha que lo miraba fijo y el que miraba fijo a la cancha y los dos formaban parte de ese mismo animal, pero con distintas formas, los dos eran uno, solo los diferenciaba la cantidad.
Fué cuando lo pescó.

Pablo Brand

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