De esa eterna falta de conflicto, que provoca el amor surgió.
Esa realidad, sin el condimento que la historia pretenda hacernos creer.
Esa velocidad detenida, en el segundo instante del pensamiento veloz.
Luces que cruzan.
Sonidos que vuelan.
Aromas que todo lo invaden.
Ese destino, que complice nos encuentra en cada desición.
Esa vida, que irrumpe en nuestra realidad, para hacernos saber que es simple.
Simple.
Como la luz, entrando por esa ventana en el sol de otoño.
Ese entendimiento, que nadie parece entender en estos días.
La simpleza de lo que és, sin más, no menos.
Negados a la atadura del orgullo, no nos dejamos arrastrar en esta vida.
Tonto el orgullo, tonto él, que silencioso como lector desprevenido, interpreta una realidad que solo existe en su cabeza.
Saludos y feliz primavera a todos esos enamorados que navegan por este nuevo mundo.
Pablo Brand
1 comentario:
como me divierte cuando se desarticulan las letras y que tu titulo se desvanezca mas aun. Feliz primaveraaaa Pablo! beso Silvina
Publicar un comentario