La caida

Siempre pensó que lo que le pasaba, estaba predestinado por una enorme fuerza que impedía su crecimiento. Todo parecía estar en contra, todo se le interponía.
Cansado del vidrio de su ventana lo rompió y vio como los vidrios cayeron al vacío.

y se pregunto…
Por que el vacio se tragaba todo lo desconocido. Como era que estaba siempre dispuesto a tragarse todo lo que caía, todo lo que se precipitaba y pensó…

Se subió al marco de la ventana, volvió a mirarlo y se dejo caer…

Era el vacio lo que le provocaba aquella extraña sensación, era el encontrar ese lugar que parecía habérsele negado durante toda su vida, o simplemente era él que había tomado la decisión de caer y no, de dejarse caer.

El viento golpeaba su cara, la ropa sonaba al encuentro de este. El sol que calentaba su piel y sus pelos demostraban el placer de esa extraña sensacion provocaba.

Fue cuando vio el piso que su corazón latió de otra manera…

Pensó y se adelanto al presente, sufrió y se castigo creyendo que su decisión había sido la equivocada, que no quería morir, había extrañas cosas que él sabia que debía hacer antes de morir, él lo sentía, algo en su interior, le decía que había cosas especiales dentro suyo y se lamento haber siempre perdido ante esa gran fuerza contraria a su voluntad. Se enojo, insulto y odio.

Y siguió cayendo…

La ropa siguió sonando, su cara resistiendo el aire que la golpeaba y escucho su corazón de nuevo.

Lo escucho hasta que ambos se calmaron y el que no oía escucho...

reconoció que él había elegido estar ahí, que él había sido el que había querido caer y no dejarse caer y la verdad de todos sus tiempos cobraron un significado.

El estaba, él era, él se podía ver y él elegía.

Fue ese momento el instante que lo descubrió…

El podía volar.

Pablo Brand
Dedicado a todas esas variables que me fueron enseñando el camino.