El tiempo no existe

Pateando la puerta entro y se pregunto en esa centesima despues, si era la forma.
El golpe le contesto si ningun problema y la caida se lo confrimo.
El tiempo se toma sus tiempos y nosotros queriendolo domar.
Es tonto pensar que lo que no existe se puede tener, guardar, calcular, retener y tantas cosas mas.
El tiempo no existe leyo en el marco de la puerta y sin poder evitarlo, volvio a la forma que tanto en su vida repetia.
Cada vez que se preguntaba, volvia a caer lanzado por ella, que sin entender su vaiven una y otra vez giraba sobre un mismo punto; el pasado.
El cartel siempre decia lo mismo, el marco siempre tentador despertaba vaya a saber que resortes internos que empujaban a el a entrar de esa forma.
No era el, no era la puerta, no era su pasado, ni su futuro. El camino siempre circular lo empujaba a girar sin darse cuenta.
Era una comedia que tristemente se representaba para todos los anhelos de su espiritu, para todos esos deseos que no podian existir hasta que no fueran queridos por el.
El tiempo no existe.
Otra vez al piso.
El tiempo no existe.
Los golpes si.
El tiempo no existe.
Miles de golpes y caidas se tuvo que dar para encontrar la respuesta y darse cuenta que no era necesario golpearse tanto, que no era el giro de la puerta, que no era el marco que lo obligaba, que no era la patada, era el que queria entender el tiempo como una susecion de actos.
Fue ahi que entendio que el tiempo no existe.
La puerta se transformo en lugar, la patada en paso y ya nunca mas volvio a girar.
El tiempo no existe, se dijo y sonrio.

Pablo Brand