Ideas que se mueven, sensaciones que las golpean, virtudes desperdiciadas por la borda de ese barco, que todo lo derriba.
Una caricia a tiempo, hubiera bastado para calmar a ese, que hoy, clama violentamente su derecho a sufrir.
Un beso en la mejilla indicada, hubiera bastado para alejar el rostro frío de la muerte.
Un abrazo sin palabras, hubiera contenido la marea de emociones desbordadas.
Una vida, una eternidad, se necesita para entender estas palabras, que en ningún libro se escriben.
Olas que golpean, viento que sopla y el barco que se aleja.
Un mar de amor,
un mar de pasiones,
un mar inundado por lagrimas que calman las olas.
Simplemente un mar.
Simplemente un amor.
Simplemente...
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